CHICOS DE LA CALLE

#MINISTERIODELAINFANCIA

Ayer recordaba cuando empecé a trabajar en el CAINA, un Centro que atendía a chicos de la calle, allá por comienzos de los 90.
Recién empezaba a tener contacto con esa población, diría tan reveladora de la miseria humana… y pensaba, y me preguntaba el motivo que lxs había llevadx a estar en esa situación, como si fuera algo voluntario y deseable estar ahí.
Durante casi seis años conviví cotidianamente con profusos olores que hoy siguen penetrando en mis recuerdos, la suciedad impregnada en sus cuerpos que les dejaba huellas profundas en la piel, sus brazos cortados, a veces por ellxs mismxs, sangrantes, “sin dolor” decían, …pero cuánto dolor había.
Esa primera formación en el Centro me obligó a entender, que el impulso que lxs llevaba a estar ahí en la calle, creciendo en ella, pasando de ser niñxs a adolescentes, de ver transcurrir sus embarazos cuantas veces requiriera la situación que así suceda, fue la voluntad de irse y el deseo de no seguir siendo golpeadxs, abusadxs, humilladxs, por padres, madres, hermanxs, abuelxs, o cualquier otro integrante de eso que históricamente se denomina familia. (Tema amplio y complejo). Hoy, desde una mirada sociológica, digo que esas formas violentas adultas, algunas de ellas naturalizadas socialmente, son maneras de ver, de actuar, de pensar y sentir que encontramos en un tipo de sociedad, adultocéntrica, que construye y establece esa forma de relaciones de poder dentro de una determinada familia. Un sistema en el cual niñxs y adolescentes son objetivadxs y cosificadxs a través de esas prácticas nefastas que son instaladas infinitamente en sus cuerpos y en sus almas.
Pensemos entonces que lo trascendental para aquellxs niñx y adolescentes, y para todo el universo de ellxs, es que todo adultx logre construir dentro de ese espacio de poder vínculos interpersonales sanos, equilibrados, de buen trato, de empatía, y de afecto, porque hay que tener muy presente, diría casi incrustado en nuestra mente, que el instinto materno/paterno de amor hacia unx hijx no existe, sino que es la construcción perpetua de un tipo de vínculo, y este vínculo es el que va a definir esencialmente el bienestar psicofísico de cada unx, generación tras generación. Cada día es el día en que recuerdo el deseo de aquellos niñxs y adolescentes de no seguir siendo abusadxs, golpeadxs, humilladxs, y la obligación que todxs, y cada unx de nosotrxs, desde el estado, la sociedad, las instituciones, la política, tenemos en la práctica de cumplirles ese deseo.

Lic. Silvia Jans

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4 comentarios en “CHICOS DE LA CALLE”

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